martes, 29 de enero de 2019

Jamás te compares con nadie. Las claves de la felicidad.

Con el paso de los años he llegado a la conclusión de que las claves de la felicidad son tres: ser buena persona, quererse mucho, por muy adversas que sean las circunstancias, y no tener miedo, los miedos frenan. Jamás te compares con nadie, ¡NUNCA! Seguro que hay gente mejor que tú pero, ¿y qué con eso? Nunca, escúchalo bien, ¡nunca! Cada uno es como es, con sus virtudes y defectos, con sus luces y sus sombras, únicos e irrepetibles, todos dignos de amor, queridos por el universo. Quiérete siempre, bajo cualquier circunstancia. Hay que quererse, que solo nos tenemos una vez en la vida. Hay que vivir la propia vida sin pensar en la de los demás. Abrazos, María.

domingo, 6 de octubre de 2013

¿Hora de dejar atrás el pasado?

Por más que me lo pregunto y por más que me lo propongo, finalmente vuelvo a caer. Mira que me lo he propuesto veces, pero nada. Creo que va siendo hora de aplicarme algunos de esos consejos que he escuchado, que he leído y que me niego a seguir. Creo que ya es hora de mirar hacia adelante y no echar la vista atrás ni para coger aire. Da miedo, da vértigo, pero no queda otra. Como alguna vez leí: "O renovarse o morir". El pasado ya está demasiado removido, demasiado masticado, creo que ya he digerido ciertas cosas y aprendido otras. Es hora de caminar hacia delante y aplicar todo lo aprendido. Hora de renovarse, de resurgir de entre las cenizas, de reciclarme, de hacer camino. Cada cual ha seguido su camino y ahora me toca a mí. No he avanzado porque no he dejado atrás el pasado, pero con casí treinta años esto no puede seguir así, así que manos a la obra: NO MIRAR ATRÁS NI PARA COGER AIRE. Con este propósito me despido. Que Dios os bendiga. Maria.

sábado, 28 de septiembre de 2013

A veces pienso que no tengo cabida en un mundo así.

A veces pienso que no tengo cabida en un mundo así. Un mundo controlado por unos pocos y en el que la gente es fácilmente manipulada; un mundo en el que hay racismo, clasismo, gente que se piensa que es más que otros y que tiene más derecho que otros; un mundo en el que se fomenta el odio, en el que no se respetan los derechos humanos; un mundo en el que las sociedades diferentes a la occidental son rechazadas, ninguneadas, relegadas y exterminadas; un mundo en el que no se respetan ni al resto de seres vivos ni al propio hogar, la Tierra; un mundo en el que la gente ha dejado de estar conectada a la naturaleza (su hogar, repito) y al resto de personas y animales. ¿Qué mundo es este? ¿Qué sociedad es esta? ¿qué os pasa? ¿es esto lo que queremos? Pensadlo, en nuestras manos está contribuir a hacer de este mundo, de esta sociedad, un buen lugar para vivir. Plantemos árboles, plantas, huertos; contribuyamos con nuestros vecinos; alimentemos y colaboremos con organizaciones de ayuda a los animales; colaboremos también con asociaciones que ayudan a personas marginadas o en riesgo de exclusión social, etc. Hay mil formas de contribuir, y es posible. Demostrémosles que no nos van a manipular. Un saludo y mil bendiciones, Maria.

martes, 24 de septiembre de 2013

¿Renunciar a los sueños?

Hola!!
    No sé muy bien como empezar esta entrada pero quería compartir algo que me está ocurriendo y es que llevo alrededor de un año con un sueño que no he podido cumplir.
    No sé si ha sido por falta de ganas, de confianza en mí misma o por falta de apoyo externo, pero a día de hoy ya estoy empezando a perder la ilusión, a verlo más inalcanzable. Y encima veo gente que sí que lo hace, lo consigue, y eso hace que me frustre más, que me diga que me tengo que resignar por no haber sido lo suficientemente valiente, o no haberlo tenido lo suficientemente claro. También me justifico diciéndome que ese no es mi camino pero, ¿cuál es mi camino?
    No sé si os pasa que a veces queréis algo y tras un tiempo postergándolo y postergándolo ya os acaba dejando de interesar, u os acaba dejando de hacer tanta ilusión, como que os desganáis. Creo que a mí me está pasando esto: como que me estoy mentalizando para hacerme a la idea de que no, de que es mejor que no, etc. Estoy poniendo excusas, me estoy conformando.
    Ya no sé si me hace ilusión, me sigue haciendo, pero quizá no me interesa tanto, y encima ahora me he metido en un asunto que me va a llevar un tiempo desarrollar y me impedirá realizar este sueño. En fin. Quizá viendo lo positivo, este tiempo me sirva para aclarar mis ideas y fortalecerme mentalmente y creer en mí misma, así como crecer como persona.
    Desde aquí pido a Dios que me ayude a aclarar las ideas y a encontrar mi camino. Se lo imploro.
    Voy a tratar de tener paciencia y trabajar un poco en mí misma para labrame mi futuro. Gracias Dios por ayudarme.
    Un saludo enorme una vez más y mis mejores deseos:
    Mil bendiciones,

     Maria.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Justicia

Pensando sobre algunas cosas que veo (como a veces parece que la maldad gana, que los "malos" se salen con la suya), me da por pensar que no creo en la justicia de los hombres, sólo en la divina.
    Creo que para ser justo, realmente justo, hay que ser valiente, muy valiente, y eso es algo muy difícil para los hombres. No basta con pensar en lo que es justo o no, sino en tener la valentía de defender la justicia frente a quien sea y a lo que sea: alguien superior a ti (no me gusta emplear la palabra "superior" pero ahora no se me ocurre otra para la idea que quiero expresar, la de alguien que nos gana en algo: poder, inteligencia, astucia, fuerza, etc.), una persona querida, unas circunstancias que impliquen peligro hacia nosotros, etc.
    Creo que pocos hombres, si es que existe alguno, tienen la valentía para defender lo que es justo en estas circunstancias, sobre todo cuando se trata de llevar la contra a alguien querido, o cuando la justicia implica algo negativo para alguien querido. Por eso solo me queda aferrarme a la justicia divina. Nosotros somos humanos, con errores, imperfectos, pero sólo Dios, la Vida, es just@ y no está sujeto a este tipo de condicionantes mundanos.

Un saludo enorme y mil bendiciones,

Maria.


domingo, 1 de septiembre de 2013

No voy a disfrazarme de perfección.

Son las tres de la mañana pero se me ha venido a la mente este pensamiento. Se me ha venido mirándome en el espejo y viendo mis "imperfecciones".

Actualmente, a esas pequeñas cosas, a esos pequeños detalles que nos hacen diferentes como tener unos dientes doblados, canas, vello, unas orejas así o asao, etc. se les considera defectos. No voy a decir que algunas cosas se puedan ver feas, pero creo que la sociedad se está pasando. Los modelos que nos ofrecen en TV, en la moda, en el cine, etc. están influyendo mucho en la forma de ver la imagen, la belleza, el ser humano, por parte de la sociedad. A cualquiera que se sale un poco del "molde" se le tilda de feo, se critica el mínimo detalle que se salga del "prototipo".

Todo el mundo (bueno, no todo, pero bastante gente) tiende a la "perfección" (¿perfección de qué, por qué, quién lo ha dicho?): brackets, depilación, gimnasio, liposucciones, etc. para aproximarse al modelo que nos venden. Ojalá nos diésemos cuenta de que no es sino un negocio en el que gracias a comernos el tarro se nutren unos cuantos. En fin, solo queda apelar al sentido común y esperar a que algun@s "temerarios" se arriesguen a romper con los estereotipos y en esto todos podemos colaborar. Aceptarnos a nosotros mismos y a los demás y pasar de lo que puedan pensar los demás y de lo que nos venden con intereses económicos o de otro fin: <<¿Que tengo los dientes doblados, que tengo celulitis, que tengo la nariz grande, que tengo mucho vello? ¿y? ¿pasa algo? ¿es eso tan malo? ¿se sale de lo natural? ¿me perjudica a la salud? ¿tenemos que ser todos iguales? etc.>>. Y esto se puede aplicar a cualquier cosa que nos pueda acomplejar.

Quizá también se trate de una cuestión de respeto. En el fondo es una falta de respeto que nos hagan ver que nuestras características personales son defectos, cuando no lo son, son características que nos definen y nos diferencias de los demás.

No dejemos que nos acomplejen, que nos falten al respeto, que nos hagan ver que somos feos, que nos intenten hacer creer que necesitamos ese cambio, ser de una determinada manera, para ser felices. Y sobre todas las cosas, cuando dudes, cuando sientas poca confianza y cuando estés indeciso y a punto de caer, de hacer algo que no quieres hacer para gustar a los demás, piensa que no puedes dejar de ser tú mism@ para gustar a nadie porque entonces te traicionas tú.

Bueno, lo dicho, no voy a disfrazarme de perfección porque soy perfecta en mi "imperfección". Si no gustas a los demás, pues qué se le va a hacer, un poquito de amor propio.
Y a la sociedad le mando un mensaje: seamos más naturales, aceptemos las diferencias de los demás, sus características personales y características humanas y naturales como la celulitis, el vello, las arrugas, etc.
Cada uno es uno mismo y es ridículo que la mayoría de la población se quiera parecer a una persona, que un determinado tipo de persona sea modelo a seguir en cuanto a morfología. Es que es una barbaridad. Es que no tiene sentido, nada es tan nuestro como nuestro cuerpo, nuestros genes, nuestras características personales, un poco de respeto por uno mismo.

Finalmente, con el propósito de respetarme más, aceptarme y hacer con ello que los demás lo hagan y la sociedad mejore con ello me despido:

Dios nos bendiga,

Maria.

lunes, 12 de agosto de 2013

Problemas

Nunca dudéis una cosa: los problemas, cuanto antes se resuelvan, mejor, porque sino, siempre van a peor, se multiplican.
Es como una bola de nieve: cada vez se hace más grande. Y, por otro lado, si no lo resuelves, o si no cortas, la situación te va debilitando moralmente cada vez más y ya todo se hace más grande: te sientes peor y la gente se aprovecha de ello. Más gente se sube al carro de tus problemas.
Hacedme caso: los problemas hay que atacarlos de raíz, y la rapidez es fundamental.

Un abrazo.